Thrillers psicológicos, los más terroríficos

Por Lo Salgado.

El miedo es algo que siempre me ha parecido fascinante, algo que no podemos describir con palabras, sino con gritos, saltos o inclusive cerrar fuertemente los ojos. ¿Les ha pasado con alguna película? A mí sí.

Todo empezó una navidad en casa de mis abuelos, nuestra nana Yolanda nos cuidaba a mí, a mis hermanos y primos. Yolanda era una chica bastante ruda, pero era muy amable con nosotros. Ella fue la que me introdujo a la primera película que fue el parte aguas de mi amor por el cine de miedo. Yolanda se estaba pintando la boca de color uva (como siempre lo hacía) y nos dijo:


¿Quieren ver algo que realmente asusta?

Obviamente nosotros, por ser muy pequeñitos y valientes dijimos que sí.
Y fue ahí que vi por primera vez “El Exorcista” de William Friedkin.

Me pareció fascinante ver cómo un personaje caracterizado de esa forma pudo hacerme sentir tanto miedo, escalofríos, y en definitiva terror a estar dormida la noche de navidad. Sentía que en cualquier momento se me metería el chamuco en plena fiesta decembrinas, o que por haber visto la película no me traería nada Santa Claus.

Sin embargo, a partir de ahi, le pedí a Yolanda que me mostrara más películas como esa. Gracias a ella vi Chucky, It, A Nightmare On Elm Street, The Blair Witch Project y Halloween.
Para todo esto, crecí y nunca volví a verla para agradecerle mi bella introducción las películas de miedo.

¿Cómo surgió?

El cine de terror tiene un sin fin de variantes, entre ellos: Slasher, Gore, Suspenso, Horror y el bellísimo Thriller.
Su nombre viene de la palabra inglesa Thrill (emocionar). Y aunque se puede confundir con suspenso, en realidad la trama de los thrillers tiene como objetivo descubrir un misterio, encontrar una respuesta o dar con alguna identidad. Se crea un ambiente de emociones mentales e inestables con los personajes creando una tensión entre el espectador y la trama, sorprendiendo con giros inesperados durante toda la historia.

Ahora bien, los thrillers psicológicos te pueden hacer sentir ansiedad, repulsión y miedo jugando con tus emociones y manipulando tu mente.
A diferencia de los thrillers clásicos, los psicológicos no te demuestran muy bien quién es el bueno y quien es malo. ¿Por qué? Muy sencillo, para los thrillers psicológicos el protagonista está rodeado de conceptos que pueden ser buenos o malos y que hacen confundir al espectador si sus acciones son las correctas.
Este subgénero busca lo que más queremos en una película: que nos haga sentir, basándose en las emociones que nos muestra ya sea peligro, violencia, inestabilidad, confusión, incertidumbre y alucinaciones.

¿Quién inicia todo?

A esta mente maestra le debemos nuestros mejores sustos y tensiones. Quien fue el encargado de darle todo este contexto a los personajes y de asociarlos con recursos literarios…¡Alfred Hitchcock!
Conocido mejor como el maestro del suspenso y precursor de muchas técnicas que caracterizan al género. Este increíble director provocaba mucho con sus tramas. Escenas de miedo y ansiedad, hacían que la mayoría del tiempo sus películas fueran inquietantes.

Otros directores que han hecho historia en la rama de los thrillers psicológicos son Roman Polanski, Stanley Kubrick, Darren Aronofsky, David Lynch, David Fincher, Ari Aster, Christopher Nolan, entre otros.

Si ya te empezó a gustar un poco el tema, aquí te comparto algunas que he visto y que están en todas las listas de must see para los amantes de este género.

Algunos de los thrillers psicológicos clásicos:

Rosemary’s Baby
Psycho
Eyes Wide Shut
Videodrome
Jacob’s Ladder
Das Experiment
American Psycho
Misery
The Shining

Algunos de los thrillers psicológicos más actuales:

Hereditary
Black Swan
Seven
Antichrist
Ghost Stories
La Piel Que Habito
Stoker
Nocturnal Animals
Shutter Island

Enjoy todos los holy f *cking films!

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6 comentarios

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yo igual tuve una Yolanda! Y desde pequeña me interesaron mucho las películas de terror, siempre las buscaba en la tv , canal 5 o azteca 7, mi primer contacto con ellas calculo que fue como a los 6 años a lado de mi papá viendo Jaws, lo que ocasionó que en el siguiente verano hiciera un dramon para no subirme a una lancha ya que temía que el tiburón apareciera por un costado, lo más gracioso fue que mi prima que ni había visto la película comenzo a llorar igual después de que le conté lo que podía pasarnos si nos subíamos JAJA al final nos pusieron los chalecos y a la fuerza nos subieron, nunca más volví a temer del mar.
Saludos!

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