Por Carlos Alonzo Correa
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Pocos directores son tan icónicos como Quentin Tarantino, quien con una filmografía de solamente 9 películas, incluyendo Kill Bill e Inglorious Basterds entre otras, ha logrado convertirse en el favorito de millones de personas, fanáticos de las buenas historias, de los personajes entrañables, del homenaje a los clásicos y de películas que nos hacen sentir algo más.
En su noveno film Once Upon A Time In… Hollywood, Tarantino dirige magistralmente a grandes actores de la época del cine moderno, como son Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, dotándolos de diálogos inteligentes y escenas que nos dejan con una sonrisa en la cara, al representar a la perfección a dos grandes amigos: Rick Dalton, actor reconocido pero acabado y frustado; y Cliff Booth, doble de acción con una vida mediocre.
Desde el título el director nos hacer ver que esto es un cuento de hadas, es como se cuentan las historias fantásticas, lo que no pasó y quisiéramos que hubiese pasado, es lo que Tarantino sueña, desea y siente al hablar de Hollywood.
Como ya es característico del director, el film se divide en la historia principal de Rick&Cliff y la secundaria que involucra a Sharon Tate, protagonizada por Margot Robbie quien logra transmitir esa gracia y chispa que Tate tuviera en vida, con una emotiva escena en la que ella misma se ve en el cine, funcionando como un bello homenaje a la carrera de la actriz.
Con un gran soundtrack compuesto por éxitos de los 60’s incluyendo spots de radio, además del excelente diseño de vestuario, sets y locaciones que logran adentrarnos a la perfección en el verano de 1969, el film es una carta de amor a la ciudad de Los Angeles y en particular a Hollywood.
Tarantino imagina esa fusión del viejo y el nuevo Hollywood, un mundo ideal donde los actores y actrices sigan siendo reconocidos por sus películas y no por su vida personal.
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Calificación: ★★★★½